25 tortugas marinas han salido del huevo durante los últimos 4 días en las incubadoras de la Fundación CRAM, y se espera que lo haga una más en las próximas horas, haciendo un total de 26 neonatos de la puesta de huevos que una hembra de tortuga boba (Caretta, caretta) hizo en la playa de Sant Simó de Mataró el pasado 15 de junio de madrugada.
La puesta fue excepcionalmente grande, con un total de 173 huevos, de los cuales 3 se rompieron durante la maniobra de puesta por parte de la hembra, 40 se trasladaron al CRAM para hacer incubación artificial, según protocolo científico establecido, y 130 se dejaron en el mismo nido que hizo la hembra para incubación natural.
La incubación artificial permite garantizar la viabilidad de una parte de la puesta en caso de cualquier contingencia en la playa, ya que garantiza unas condiciones de incubación óptimas y controladas. En este sentido, la Fundación CRAM cuenta en sus instalaciones con 5 incubadoras diseñadas por sus técnicos específicamente para dar respuesta a estos acontecimientos. Vale añadir también que, en el caso de la puesta de Mataró, al ser una puesta con un número de huevos más elevado de la media de esta especie, el riesgo de malograrse es mucho más elevado que hace variar las condiciones óptimas de incubación natural al mismo nido.
En cuanto a las crías, una parte de las que han nacido en el CRAM permanecerán en sus instalaciones durante aproximadamente un año hasta que sean reintroducidos en el medio natural con microchip y dispositivos de seguimiento vía satélite. Esto permite, por un lado, favorecer la supervivencia de estos animales, en reintroducirlos con un tamaño mayor y reduciendo el abanico de depredadores naturales, y por otro, permite hacer investigación sobre los patrones de distribución de estos animales, poco conocidos hasta ahora, estudiar la supervivencia de estos animales reintroducidos, y averiguar en un futuro, cuando las crías hembras liberadas lleguen a la madurez sexual (a partir de los 15 años aproximadamente), si vuelven a nidificar en la misma playa o cercanías.
La Fundación CRAM cuenta con una instalación exclusiva para el cuidado de los neonatos, gracias a la colaboración de la Fundación Fluidra, hasta que éstos tengan el tamaño y condición adecuada para su reintroducción en el medio marino, y con un equipo humano especializado en la asistencia, cuidado y recuperación de tortugas marinas.
En cuanto a las crías que salgan de la incubación natural, antes de que vayan hacia el mar, se hará valoración de su estado de salud, se tomarán medidas biométricas y peso, y se tomará muestra genética con el fin de ampliar el conocimiento y poder dar respuestas a este fenómeno.
Hechos como este son inéditos y con pocos registros en décadas anteriores, aunque en los últimos años, la frecuencia de puestas o intentos de puesta ha incrementado notablemente en todo el litoral mediterráneo español, con un porcentaje de casos más elevado en Cataluña. La comunidad científica está investigando estos hechos para encontrar una explicación a este fenómeno y permitir así establecer unos protocolos de gestión del litoral más adecuados para favorecer la conservación de esta especie protegida en peligro de extinción.
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