VOLUNTARIOS POR EL MAR: REDUCCIÓN Y PREVENCIÓN DE RESIDUOS EN LOS FONDOS MARINOS

La Fundación CRAM ha llevado a cabo un proyecto de detección, identificación y estudio de redes de pesca abandonadas en los fondos marinos para valorar su integración en el medio y la posible presión que están ejerciendo sobre él.

Este proyecto de conservación está enmarcado en el Año Mundial para la Diversidad Biológica, dentro de la celebración del Año Internacional homólogo que promueve Naciones Unidas. Se trata de una iniciativa de marcado carácter educativo, que se centra en la sensibilización y la formación de voluntarios para la lucha contra la pérdida de la biodiversidad en el país. Esta iniciativa coordinada por el Comité Español de la UICN, ha contado con la colaboración de Fundación Biodiversidad y Obra Social Caja Madrid.

La actividad pesquera puede tener impactos sobre el medio que se nos escapan a primera vista. Es frecuente que las artes de pesca se queden enganchadas en el fondo del mar, sobre todo en zonas rocosas, que en nuestros mares suelen ser las más delicadas a nivel biológico. Muchas veces, los pescadores pierden el arte o se ven obligados a abandonarlo. Estas redes, a merced de las corrientes, barren la superficie de las rocas destruyendo las colonias de fauna bentónica que las recubren, como gorgonias o corales, además de que pueden continuar actuando para el que fueron diseñadas, atrapando peces, moluscos e incluso mamíferos marinos , que pierden la vida allá atrapados. Las artes de pesca perdidas, abandonadas o descartadas reciben el nombre de artes fantasma. Durante los últimos 50 años el impacto de la pesca fantasma se ha incrementado debido en parte a una mayor durabilidad de los materiales utilizados por su construcción, así como el mayor esfuerzo pesquero en áreas pequeñas.

En una primera fase del proyecto, el equipo de conservación de la Fundación, contactó con pescadores locales y cofradías para localizar áreas donde habitualmente se pierden redes o áreas específicas donde una embarcación concreta hubiera perdido el arte de pesca. Después de determinar las áreas objetivo de estudio, los técnicos de CRAM, con la colaboración de voluntarios formados específicamente para el proyecto, han localizado un total de 6 redes hundidas en diferentes puntos de la costa catalana, y han llevado a cabo un total de 18 inmersiones exploratorias dónde se tomaron datos e imágenes de las redes abandonadas para su posterior estudio.

Una vez evaluados los datos específicos de cada red, los técnicos determinaron que la opción menos dañina para el medio marino era no reflotarlas. Se pudo comprobar que en todas ellas existían comunidades marinas de interés y que las redes en cuestión tenían una movilidad muy reducida impidiendo que pudiesen navegar a la deriva causando daños en el ecosistema. Además, también se constató que las redes estudiadas no habían causado muertes por atrape de fauna marina.

No obstante, cabe señalar que en muchas ocasiones las redes fantasma pueden llegar a suponer una grave amenaza para la biodiversidad, y es muy importante hacer un seguimiento adecuado de esta problemática y proponer medidas para reducir el impacto en especies marinas y sus hábitats. Desde Fundación CRAM se propone crear y mantener un canal de comunicación constante con los pescadores para detectar a tiempo la pérdida o abandono de artes de pesca, para que éstas puedan ser retiradas lo antes posible y prevenir así daños en el fondo marino.

Este proyecto realizado por la Fundación CRAM está enmarcado en el Año Mundial para la Diversidad Biológica, coordinado por el Comité Español de la UICN y que ha contado con la colaboración de Fundación Biodiversidad y Obra Social Caja Madrid.

Proyecto en colaboración con: