Pauli es una tortuga marina que ingresó el pasado 20 de enero gracias a la colaboración de la embarcación de arrastre Los Palmeros de La Rápita. El equipo de Clínica y Rescate se desplazó de inmediato a la zona.
En una primera valoración se pudo observar una alta presencia de balanos, destacando la presencia de muchos de ellos en la parte posterior del caparazón. El balano es un cirrípedo, un animal cementador que necesita una zona rígida e inmóvil para poder vivir y alimentarse.
Es natural que las tortugas presenten algunos balanos. Sin embargo, una cantidad alta de balanos puede indicar una reducción de movilidad de la tortuga a causa de alguna posible patología. Además, una cantidad alta de estos cirrípedos puede dificultar la muda natural de escudos e incluso podría causarles dolor en caso de que se queden enganchados en sus extremidades, cabeza o en alguna herida.
En su llegada al Centro de Recuperación del CRAM, se le realiza una valoración completa de emergencia y se determina que también presenta hipotermia debido a las bajas temperaturas de estos días.
Por si fuera poco, la tortuga Pauli presenta hongos por todo el caparazón por lo que está bajo un tratamiento personalizado en la UCI de tortugas. Está en buenas manos puesto que tendrá la supervisión de nuestro equipo de Clínica y Rescate y estará muy bien cuidada por nuestros voluntarios y voluntarias.
Se trata de la paciente número️ 9 de este año y tiene un peso actual de 28kg. Desde el equipo de Clínica y Rescate nos trasladan que ya está comiendo la totalidad de su ración.
La tortuga Pauli es muy afortunada puesto que ¡ha sido apadrinada por Air-Val International! Gracias a su colaboración podemos hacer frente a todos sus cuidados veterinarios y alimentación hasta que pueda volver a su casa: ¡el mar!