La Fundación CRAM consigue recuperar dos ejemplares de tortuga boba (Caretta, caretta) que han podido devolver al mar gracias a la gran tarea de los especialistas del CRAM y la colaboración de centenares de voluntarios.
El acto de liberación ha sido organizado por el Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural de la Generalitat de Catalunya en la Bahía dels Alfacs, en el Delta del Ebro.
La primera tortuga, con el nombre de Cala, se encontró en Segur de Calafell (Baix Penedès) en junio de este año con dificultades para sumergirse y algunas heridas externas, probablemente por picaduras de ave. El particular que la recogió manifestó que llevaba horas flotando en la superficie sin poder sumergirse. Cuando la tortuga llegó al CRAM no comía por sí misma, pero poco a poco ha recuperado autonomía, ahora ya pesa 27 kg y está preparada para la vida en el medio natural.
La segunda, se encontró el mes de septiembre en Segur de Calafell (Baix Penedès) por unos particulares que la mantuvieron viva en un barco de recreo hasta que los especialistas del CRAM fueron a recogerla. La tortuga no tenía aleta delantera izquierda, pero a pesar de eso, no presentaba problemas de flotabilidad. Durante las primeras 24 horas defecó excrementos con plásticos que había ingerido en el mar. Ahora, con un peso de 3.100 y recuperada en las instalaciones del CRAM, es apta para ser liberada antes de que bajen las temperaturas del agua del mar.
Las tortugas marinas son una especie amenazada de extinción. La interacción pesquera, la pérdida de hábitat y la contaminación son una de las principales causas de regresión de estos animales milenarios. Por este motivo, desde Fundación CRAM llevamos a cabo varias acciones para su conservación.