La Fundación CRAM, gracias a un proyecto con la colaboración de la Fundación Banco Santander, seguirá la ruta de estos animales

La Fundación CRAM para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos ha liberado el día 31 de agosto de 2016 en la playa Llarga de Tarragona tres ejemplares de tortuga boba (Caretta, caretta) que nacieron en la misma playa en octubre de 2014, a instancias de la Red de Rescate de Fauna Marina de la Generalitat de Cataluña. Dos de las tres tortugas se han podido liberar con dispositivos de seguimiento vía satélite gracias a la Fundación Banco de Santander, que colabora con la Fundación CRAM en un proyecto integral para la conservación de la tortuga boba, y a la colaboración de la Universidad Politécnica de Valencia.

Han asistido al acto de liberación del alcalde de Tarragona, Josep Félix Ballesteros, la responsable de Serveis Territorials de Territori i Sostenibilitat a Tarragona, Trinidad Castro, la secretaria de Medi Ambient i Sostenibilitat, Marta Subirà, técnicos de la Red de Rescate de Fauna Marina de la Generalitat de Cataluña, miembros de la Red de Voluntarios para la Tortuga Marina en Tarragona, y personal y voluntarios de la Fundación CRAM.

Los tres ejemplares que se han liberado hoy pasaron sus primeros meses de vida en la Estación Biológica de Canal Vell, en el Parque Natural del Delta del Ebro, por la proximidad con el punto de nacimiento. Estas han sido las 3 supervivientes de un total de 12 tortugas que se encontraron en la playa Llarga de Tarragona, donde nacieron y donde se encontraron en estado crítico, y que rápidamente fueron trasladadas al centro de recuperación para procurar un crecimiento adecuado que aumentara sus posibilidades de supervivencia antes de devolverlas a su medio natural. Las tres tortugas supervivientes (la número 6, la número 9 y la número 10) se trasladaron al Centro de Recuperación de Animales Marinos de la Fundación CRAM, en el Prat de Llobregat, para ser asistidas por los veterinarios especialistas en fauna marina de la Fundación CRAM.

El proceso de recuperación de estos animales ha presentado cierta complejidad. Después de una primera estancia en la Estación Biológica de Canal Vell, en el Parque Natural del Delta del Ebro, las tortugas se trasladaron al Centro de Recuperación de Animales Marinos de la Fundación CRAM para ser atendidas y recuperadas por los especialistas en fauna marina del CRAM.

Dos de los tres ejemplares, concretamente la 6 y la 10, ingresaron al CRAM debilitadas y con problemas severos de movilidad en las aletas anteriores. Los veterinarios del CRAM establecieron unas pautas de rehabilitación diarias para mejorar su capacidad natatoria, con unos resultados del todo satisfactorios, consiguiendo recuperar su movilidad natural.

Por otra parte, la número 6 sufrió un «pneumoceloma», lo que significa presencia de aire en la cavidad celómica. Haciendo un paralelismo con el ser humano, esta cavidad correspondería a la parte torácica y abdominal, ya que estos animales no tienen diafragma que separe ambas partes. La presencia de aire en esta cavidad era causada por una lesión en el tejido pulmonar que provocaba una pequeña fuga de aire. La tortuga no podía expulsar ese aire de ninguna manera, lo que le impedía sumergirse. Los veterinarios del CRAM, con la colaboración de la Universidad Autónoma de Barcelona, procedieron a intervenir quirúrgicamente a la tortuga para resolver este problema. La operación fue todo un éxito, y después de unos ejercicios específicos para favorecer la inmersión, la tortuga comenzó a sumergirse y recuperar su capacidad natatoria natural.

Después de 14 meses de recuperación en el CRAM y con una dieta basada en pescado azul, pescado blanco y calamar, las tres tortugas han duplicado su tamaño y han aumentado más de 10 veces su peso inicial desde que llegaron al CRAM hasta el momento de la liberación.

Gracias a la Fundación Banco de Santander y a la colaboración de la Universidad Politécnica de Valencia, dos de estas tortugas han podido ser liberadas con dispositivos de seguimiento vía satélite, lo que permitirá a los expertos hacer su seguimiento y conocer más sobre la ruta y los hábitos de estos ejemplares de una especie en peligro de extinción.

Cualquier ciudadano o ciudadana que tenga interés en seguir la ruta de estos animales, lo puede hacer desde hoy mismo en el web de la Fundación CRAM.

La tortuga boba (Caretta caretta), al igual que el resto de tortugas marinas, vive todo el año en el mar pero entre los meses de mayo y agosto las hembras salen para hacer el nido. En los últimos años, parecen estar aumentando los casos de nidificación o intento de nidificación de tortugas marinas en Cataluña y en otros puntos de la costa mediterránea española. Por ello, es fundamental la colaboración ciudadana en casos como este de puesta de huevos de especies protegidas y en peligro de extinción. En este sentido, hay que recordar que no se deben manipular los ejemplares encontrados y avisar rápidamente al teléfono de emergencias (112).

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