Resultados del tercer año del estudio para conocer el estado de contaminación marina con la tortuga marina como bioindicador
Durante el año 2021 han sido atendidas un total de 90 tortugas bobas (Caretta caretta) desde el Área de Clínica y Rescate de la Fundación CRAM. De éstas, se han obtenido un total de 58 muestras, entre heces y contenido digestivo, apareciendo plástico a nivel macroscópico en el 89,7% de las muestras analizadas.
Gracias al gran volumen de tortugas marinas y a la implicación e interés en la conservación marina, la Fundación CRAM obtiene una valiosa información sobre el estado de contaminación del mar. Es por ello de que nos encontramos ante el tercer año del estudio de análisis de presencia de plástico de las tortugas marinas que llegan al CRAM: se analizan sus heces, el contenido digestivo en el caso de las necropsias y el número de animales enredados en basura marina. Todo ello con el fin de estudiar el contenido de macroplástico que tienen y diferenciarlo en diferentes categorías. Con esta información podemos conocer más sobre la contaminación que existe en el mar y ayudar a disminuirla.
Cabe destacar que las tortugas marinas tienden a ingerir desechos plásticos o a enredarse en ellos, tienen una gran distribución espacial y utilizan todos los compartimentos marinos (desde el fondo a la superficie), lo que las hace un gran bioindicador del estado de contaminación de los mares.
Durante el año 2021, se han analizado un total de 52 muestras de heces de tortuga marina y en el 90,4% de ellas han aparecido restos de plástico, siendo el más habitual el tipo lámina (33%), seguido de fragmentos plásticos (14%) y de plástico tipo foam (7%).
De las 6 necropsias a tortugas marinas realizadas en el 2021, se hallaron restos plásticos en 5 de ellas. El acúmulo de plásticos en el tracto digestivo no fue la causa de la muerte de estos individuos, pero en varios casos si produjo enteritis severa lo que produce dolor, anorexia y compromete inmunológicamente al animal. Este hecho podría ser la causa de que sean más susceptibles a amenazas, principalmente el ser capturadas accidentalmente por arrastre, suponiendo un problema para su salud y su conservación.
También han sido atendidas 6 tortugas marinas con aletas enredadas en redes o hilos de pesca, siendo necesaria la amputación en 4 de los casos. Una de las tortugas, además, presentaba un anzuelo en su interior. El número de animales con restos de redes está aumentando anualmente, siendo el 2021 el año que más han aparecido desde el inicio del estudio, pudiendo ser a causa de un aumento de pesca ilegal y redes fantasma en el Mediterráneo.
Es fundamental que, en el caso de encontrar un animal enredado, nunca se debe retirar el material causante del enmalle, y se debe llamar inmediatamente al 112 para procurar una asistencia veterinaria que aumente las posibilidades de recuperación del animal.
Es importante destacar que el hallazgo de plásticos en el interior de las tortugas marinas tiene importancia a diferentes niveles: el plástico en sí como contaminante, el plástico actuando como esponja química ante sustancias nocivas para la salud como podría ser el mercurio y que encontrar esta cantidad de plásticos en el interior de las tortugas marinas indica que el mar contiene una gran cantidad de estos residuos, y esto no solo influye en la vida marina, si no en la vida de todos los habitantes del planeta, ya sea por consumo de productos de mar como por el ciclo del agua.