Tras el nacimiento de las primeras 5 crías de tortuga que nacieron la madrugada del 28 de agosto, ayer por la tarde empezaron a nacer más ejemplares hasta alcanzar las 40 tortuguitas.

Los voluntarios y voluntarias que estaban custodiando el nido las 24 horas dieron aviso de que una tortuguita estaba empezando a emerger y el equipo de Clínica y Rescate de la Fundación CRAM, así como técnicas de Caretta a la Vista se desplazaron de inmediato. Un total de 40 crías emergieron del nido y, debido al temporal de alerta roja que había, se decidió esperar a soltarlas al mar para garantizar su supervivencia.

El día anterior, junto con técnicos del Ajuntament de Barcelona, se procedió a cubrir el nido para impermeabilizarlo y que los científicos y científicas pudieran trabajar de forma segura en el caso de que nacieran las crías durante la tormenta.

El equipo de CRAM y Caretta a la Vista hizo noche en la zona del nido por si nacía alguna tortuga más, y finalmente no fue así. A primera hora de la mañana, al ver que el temporal había bajado de intensidad, se procedió a soltar 32 crías. Los otros 8 ejemplares, junto con los 5 de la primera noche, permanecerán en la Fundación CRAM dentro del proyecto de Headstarting, donde serán criadas en cautividad hasta que alcancen el peso óptimo para su reintroducción en el medio natural, para favorecer así su supervivencia y contribuir a estudiar estos hechos insólitos y cada vez más frecuentes en nuestras costas.

El nido de Barcelona se trata de un hecho histórico, al ser el primer nido registrado en la playa de la ciudad condal. Fue localizado la madrugada del 16 de julio gracias a la colaboración ciudadana y fue traslocado a una zona de la playa más segura. La tortuga puso un total de 77 huevos, de los cuales 17 fueron trasladados a las instalaciones del CRAM para su incubación artificial. Los otros 60 se dejaron en playa y ya han emergido 45 en total. Los otros 15 pueden salir en cualquier momento si se mantiene una luz escasa.
Queremos agradecer a todas las entidades que han ayudado a custodiar el nido, así como a todos los voluntarios y voluntarias. También la ayuda de Juan, el vigilante de seguridad que nos acompañaba por las noches, así como a todos los trabajadores de la Base Náutica de Barcelona, que también nos han ayudado con la custodia así como nos han dado cobijo esta noche para resguardarnos del temporal.