La Fundación CRAM para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos está llevando a cabo un proyecto para la conservación de las tortugas marinas a través de la recuperación y reintroducción en su medio natural de animales atrapados accidentalmente en redes de arrastre, y la sensibilización del sector pesquero de la zona litoral del delta del Ebro hacia la preservación de estas especies.

Se trata de un proyecto que cuenta con el apoyo de la Generalitat de Catalunya y con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio ambiente, a través del programa Pleamar, cofinanciado por el FEMP.

El proyecto tiene como objetivo, por un lado, sensibilizar e involucrar al sector pesquero de arrastrarse de la zona del delta del Ebro para minimizar el impacto que la pesca accidental tiene sobre las tortugas marinas, a través de reuniones con las cofradías implicadas y el establecimiento de relaciones con los mismos pescadores.

Por otro lado, el proyecto pretende recuperar todas las tortugas marinas capturadas incidentalmente por los barcos participantes en esta iniciativa y reintroducirlas a su entorno natural lo antes posible de la mano de los pescadores colaboradores y sus familias.

Y, finalmente, crear núcleos de voluntarios formados y coordinados que den soporte al operativo de rescate de los especialistas del CRAM con el fin de sensibilizar a la sociedad y garantizar una acción inmediata y efectiva que aumente las posibilidades de supervivencia de animales capturados.

El proyecto comenzó el pasado mes de diciembre, con duración de un año, y en tan sólo tres meses y medio de funcionamiento han participado 17 embarcaciones de arrastre, se han atendido 36 tortugas marinas, de las cuales 24 ya se han recuperado y liberado en el marco de esta iniciativa.

Los animales, de entre 3 y 73 kg de peso, fueron capturados accidentalmente en redes de pesca en zonas cercanas al delta del Ebro, y gracias al aviso y colaboración de los pescadores pudieron ser rescatados y trasladados inmediatamente al centro de recuperación para su diagnóstico y tratamiento.

Estas elevadas cifras ponen de relieve la necesidad existente de lanzar un proyecto de estas características.

Los pescadores: pieza clave en la conservación de tortugas marinas

La principal amenaza de las tortugas marinas es la captura accidental. Por esta razón, la implicación y colaboración del sector pesquero es fundamental para la preservación de estas especies tan vulnerables a la actividad humana.

El proyecto ha sido muy bien recibido por los pescadores de las Tierras del Ebro, que se han mostrado muy interesados en colaborar y se han involucrado desde el primer momento.

Los pescadores son una pieza esencial en la conservación de las tortugas marinas, convirtiéndose en el primer agente involucrado en el proceso de recuperación de estos animales, ya que son los primeros en detectar la captura incidental y son los encargados de activar el protocolo de rescate.

Una reciente publicación científica reveló que las tortugas marinas capturadas accidentalmente en redes de arrastre podían sufrir de una enfermedad disbárica, muy similar a la sufrida por buceadores al exceder el tiempo de inmersión o ascenso demasiado rápido a la superficie.

Estas enfermedades se desencadenan principalmente por la suma de subir al animal rápidamente hasta la superficie y por el estrés que sufren tras la captura. Esta situación podría causar que las tortugas marinas no pudieran llevar a cabo correctamente la transferencia de gases del torrente sanguíneo, acumulando cantidades de nitrógeno que pondrían en riesgo su supervivencia, además de una posible sobreexpansión pulmonar. Por esta razón, cuando una tortuga marina es capturada por accidente, aunque parezca activa y sin síntomas evidentes, requiere atención veterinaria inmediata para hacer un diagnóstico adecuado y un tratamiento de emergencia si es necesario. De lo contrario, si ha sido afectada internamente y no recibe tratamiento, podría morir después de unas horas o días tras ser devueltas al mar.

Este descubrimiento científico puso en evidencia la necesidad de revisar los protocolos de acción después de una captura accidental de tortugas marinas y trasladar esta información a los pescadores para establecer alianzas y un marco de trabajo conjunto que aumente las posibilidades de supervivencia de estos animales.

En el marco del proyecto se han elegido los pescadores de la zona del delta del Ebro por ser una zona costera que tiene una alta concentración de tortugas bobas y por ser la zona de Cataluña donde se capturan accidentalmente más animales.

Al mismo tiempo, y como punto clave en el tratamiento de esta patología, la Fundación CRAM cuenta con la única cámara hiperbárica de Cataluña diseñada específicamente para el tratamiento de las enfermedades disbáricas en tortugas marinas.