
La Fundación CRAM, a través del proyecto SERVIMAR, atiende un total de 78 ejemplares de fauna marina amenazada en la costa catalana: 70 tortugas marinas, 3 cetáceos y 5 aves marinas. Para ello, dispone de un centro de recuperación, un vehículo de rescate y un equipo técnico humano disponible las 24 horas del día, los 365 días del año, que permite mantener un sistema de respuesta inmediata y permanente.
SERVIMAR es el servicio de asistencia a fauna marina que realiza la Fundación CRAM, bajo contrato con la Generalitat de Catalunya, y apoyado por la Fundación Biodiversidad del MITECO a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por los fondos NextGenerationEU y a través de fondos propios.
Las amenazas que padecen este tipo de fauna son diversas. Interacción pesquera, contaminación, cambio climático y presión humana sobre el medio son las principales causas de regresión de estas especies. Por este motivo, resulta fundamental contar con un servicio que de asistencia veterinaria a los ejemplares de fauna marina que son víctimas de lesiones y/o patologías causadas directa o indirectamente por la acción humana.
La principal amenaza de las tortugas marinas es la interacción pesquera y es el principal motivo por el que las tortugas marinas ingresan en el Centro de Recuperación de la Fundación CRAM. De los 70 ejemplares atendidos durante el 2022, el 91,4% han sido capturados accidentalmente por un arte pesquero, principalmente el arrastre. Durante el 2022, se han podido recuperar y reintroducir en el mar al 75,7% de ellas y un 10% permanecen en el centro con un pronóstico favorable a su reintroducción en las próximas semanas.
Cabe destacar que todas las tortugas atendidas eran de la especie Caretta caretta, especie más abundante que se encuentra en el Mediterráneo a excepción de un ejemplar. El último animal atendido en el 2022 se trataba de una tortuga verde (Chelonia mydas). Se trata de la tercera tortuga de esta especie que ha ingresado viva en los 26 años de actividad de la Fundación CRAM. Por lo que estamos ante un hecho inusual. El animal se encuentra bajo tratamiento al padecer un cuadro pulmonar alterado y su estado evoluciona correctamente con pronóstico favorable a su reintroducción.
Durante el 2022 también se ha llevado a cabo un total de 3 asistencias a cetáceos: 2 delfines mulares (Tursiops trucatus) y 1 delfín listado (Stenella coeruleoalba). Las asistencias a cetáceos presentan una gran complejidad. Por un lado, se tratan de individuos de hábitat pelágico y conducta gregaria que, tras haber iniciado un cuadro patológico y haber empleado todas sus energías en intentar seguir a su grupo, llegan a la costa extremadamente debilitados, deshidratados y afectados por la enfermedad que les hizo abandonar a sus compañeros. Y, por otro lado, por la gran sensibilidad al estrés que padecen estos animales salvajes frente a una asistencia veterinaria, hecho que implica, en la mayoría de los casos, trasladar un campamento de asistencia clínica en la misma playa que faciliten una atención clínica fuera de las instalaciones del centro de recuperación.
En cuanto a las aves marinas se han atendido un total de 5 ejemplares de especies protegidas: 1 gaviota enana (Larus minutus), 3 gaviotas de audouin (Larus adounii) y 1 alca común (Alca torda). El 60% de ellas presentaba un sedal o anzuelo en su interior.
El objetivo principal de la Fundación CRAM es recuperar el máximo número de ejemplares posible y reintroducirlos a su medio natural y así contribuir a un equilibrio poblacional de estas especies protegidas tan vulnerables a la acción humana. Además, la existencia de un centro de recuperación de fauna marina y el desarrollo de acciones de rescate y asistencia, permite disponer de un altavoz social de gran valor para poder educar y sensibilizar a miles de personas sobre la importancia de emprender acciones individuales y colectivas hacia el respeto y la protección de nuestro medio natural. Así mismo, el programa educativo que realiza la Fundación CRAM, bajo el nombre AULACRAM, ha conseguido llegar a más de 40.000 personas durante el 2022, recuperando el volumen de visitantes desde antes de la pandemia.