En el año 2022 hemos atendido un total de 70 tortugas marinas y la última de ellas fue toda una sorpresa, ¡una tortuga verde! Se trata de la tercera tortuga de esta especie que ha ingresado viva en los 26 años de actividad de la Fundación CRAM, por lo que nos encontramos ante un hecho muy inusual.

La paciente 70, bajo el nombre de Zeus, ingresó en nuestro centro al ser capturada accidentalmente por una red de arrastre y gracias al aviso de la embarcación San José I de La Ràpita nos pudimos hacer cargo de ella. Os podéis imaginar nuestra sorpresa cuando llegamos a puerto.

Zeus pesa 49 kilos y, aunque presenta una imagen pulmonar alterada, su respiración y analíticas están normalizadas. Permanecerá en nuestro Centro de Recuperación hasta su completa recuperación recibiendo toda la atención que necesita por parte de voluntarios y el equipo técnico del Área de Clínica y Rescate de la Fundación CRAM.

¡Conoce a las tortugas verdes!

La tortuga verde (Chelonia mydas) es una de las tres especies de tortuga marina que encontramos en el Mediterráneo. Su estado de conservación según la UICN es amenazado a nivel global, y en peligro crítico en el Mediterráneo. Suele estar presente en el Mediterráneo oriental, donde se encuentra su zona de anidación.

Presenta un tamaño superior comparado con la tortuga boba (Caretta caretta), una cabeza más pequeña y el pico serrado, para poder alimentarse de vegetales. La coloración también es diferente: marrón con tonos amarillentos y anaranjados. Se le dice verde no por su color, sino por la grasa que encontramos en su interior debido a la presencia de la clorofila en su alimentación. Su dieta varía en función de su estado de desarrollo, modificándola de omnívora a herbívora cuando llega a la edad juvenil-adulta.

Aunque son animales solitarios, en ocasiones realizan un anidamiento masivo y simultáneo de muchísimas tortugas a la vez. Otra característica muy curiosa de esta especie es que no solo salen a playa a anidar, sino también para solearse.