La tortuga Vera es la paciente 44 de este año y se trata de un ejemplar adulto de Caretta caretta que ingresó el pasado 9 de octubre en un estado muy grave. La tortuga varó en una playa en el Delta del Ebro y fue avistada por un ciudadano que dio el aviso.

Vera ingresa en un estado muy grave y delicado, completamente deshidratada, muy delgada y con su caparazón, aletas y cabeza llena de balanos, señal que indica que lleva mucho tiempo con poca movilidad. En los rayos X se observa que presenta una obstrucción de heces y acumulación de gas.

Como curiosidad, la tortuga presentaba microchip y pudimos identificarla como una antigua paciente del CRAM. Se trata de la tortuga Chanel que ingresó en el 2020. Además, presenta una marca identificativa en la aleta y se trata, también, de una antigua paciente de Fundació Oceanogràfic de Valencia de este mismo año y que fue liberada en mayo.

Desde su ingreso, Vera ha estado recibiendo hidratación, un tratamiento antibiótico y probióticos a través de sondaje y, aunque su estado sigue siendo muy delicado y su pronóstico es reservado, estamos muy emocionados al ver que presenta cierta mejoría. Permanecerá en la UCI de tortugas, bajo observación constante, y recibirá toda la atención necesaria de nuestro personal técnico y de nuestros supervoluntarios.

Tu apoyo es esencial para la recuperación de Vera y para asegurar un futuro más saludable de nuestro mar Mediterráneo.

La asistencia a esta tortuga marina se ha realizado en el marco del proyecto SERVIMAR, apoyado por la Fundacion Biodiversidad del MITECO a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por los fondos NextGenerationEU, la colaboración de la Generalitat de Catalunya y con fondos propios.